lunes, 30 de marzo de 2020

DESAPARECER










DESAPARECER


Texto  y  fotografías:  Eugenia Galeano Inclán
Marzo 2020


La inseguridad que priva en las calles y, sobre todo, la impunidad, han hecho que nuestro país sea tierra fértil para cualquier tipo de ilícitos, como asaltos, feminicidios, asesinatos, secuestros, desapariciones, agresiones, estafas y otros.  Todos son igual de repudiables y dolorosos, pero los que más han lacerado a la sociedad son los feminicidios y las desapariciones, tanto por su proliferación como por la falta de castigo a los culpables.  

En el caso de desaparición forzada, a la angustia que conlleva el duelo, se añade la pena de la imposibilidad de despedirse y de sepultar el cuerpo del ser amado, lo cual deja a los deudos sumidos en el desconsuelo y la incertidumbre.  En México, los índices de desaparición son altos.  Según los registros de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas de la Secretaría de Gobernación, a finales del año de 2019 la cifra de desaparecidos en el territorio nacional ascendía a 61,637 personas no localizadas.  El número de víctimas continúa a la alza, ya que se estima que cada año desaparecen alrededor de cinco mil.  Habría que tomar en cuenta que en el total referido no se incluyen las desapariciones que no son reportadas en forma oficial.

El caso más sonado de desaparición es el ocurrido en septiembre de 2014 en contra de 43 estudiantes de la Normal Rural situada en Ayotzinapa, Estado de Guerrero, toda vez que en su intento de localizarlos los familiares utilizaron las redes sociales en tiempo real.  Al hacerse viral la noticia, no sólo fue del conocimiento de los mexicanos sino que se difundió a todo el mundo.  Lo peor, es que el caso permanece sin resolverse no obstante la necesidad de saber qué ocurrió y las múltiples investigaciones que comisiones nacionales e internacionales han llevado a cabo.  Con el paso del tiempo y luego de incontables versiones de lo ocurrido, nos queda claro que mientras más hipótesis, menos veracidad.  

Cuando el destacado creador teatral Pascal Rambert se enteró del acontecimiento, quedó tan impactado como todos los demás y decidió escribir algo al respecto.

Pascal Rambert nació en Niza, Francia y se ha desempeñado como escritor, director escénico y audiovisual, cineasta y coreógrafo.  Los textos de este artista multidisciplinario han sido traducidos a numerosos idiomas y es reconocido a nivel mundial como uno de los creadores contemporáneos más destacados.  De 2007 a 2016 fue director de T2G - Teatro de Gennevillers que se convirtió en un centro dramático nacional de creación contemporánea en las disciplinas de teatro, danza, ópera y arte contemporáneo.  Es co-fundador de Structure Production de Pascal Rambert y Pauline Roussille, asociada al Théâtre des Bouffes du
Nord, con sede en París, Francia.  Así mismo, Pascal Rambert es artista asociado de El Pavón Teatro Kamikaze y autor asociado al TNS -Teatro Nacional de Estrasburgo-.  A lo largo de su trayectoria ha recibido diversos premios, nominaciones, galardones y reconocimientos, siendo los más relevantes:  el Premio del Autor en el Palmarés du Théâtre por su obra "Clausura del Amor",  el Premio Anual de Literatura y Filosofía de
la Academia Francesa por su obra "Repetición" en 2015,  y  el Premio del Teatro en reconocimiento a su Trayectoria, que la Academia Francesa le otorgó en 2016.

Pascal Rambert es uno de los autores más sensibles, la característica primordial de su obra es la de retratar fielmente el sentir humano, sus personajes son construidos minuciosamente y aborda problemáticas comunes en el mundo contemporáneo.  En mi opinión personal, Pascal Rambert utiliza su fina pluma cual si fuera un bisturí en la mano de un cirujano para hacer aflorar toda clase de sentimientos y diseccionar las emociones.  Sus parlamentos son incisivos y potentes.

En México conocemos a Pascal Rambert por dos de sus obras que se han presentado con gran éxito:  "Clausura del Amor" protagonizada por Arcelia Ramírez y Antón Araiza,  y  "Hermanas" con Arcelia Ramírez y Fernanda del Castillo, ambas bajo la dirección de Hugo Arrevillaga.  En octubre de 2019, Pascal Rambert visitó México para presentar "Le debut de l’A"  y  "Clôture de l’amour" en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

DESAPARECER es una obra que Pascal Rambert pensó y escribió especialmente para México.  Dado que el autor utiliza la voz como materia prima de creación, fue construyendo su propuesta en base a ciertos descubrimientos que hizo por medio de lecturas e investigaciones.  En tanto que a los personajes los creó y fue dándoles forma a partir de conversaciones que sostuvo con diversos actores y actrices durante una serie de entrevistas y talleres.  Una vez que el proceso creativo tenía la estructura necesaria, Pascal Rambert concluyó el texto permitiendo la participación de los integrantes del elenco a través de un ejercicio de escritura colectiva, a modo de laboratorio teatral.

Es así como surge DESAPARECER, obra que capta la esencia del dolor humano y lo presenta desde distintas perspectivas.  El eje de la trama es la desaparición de un joven cineasta de quien no se ha vuelto a saber.  Antes de salir de casa, el cineasta Ángel dijo a todos que necesitaba filmar algunas imágenes fijas, para lo cual viajaría solo a un desierto.   Vieron como algo normal el viaje de Ángel, pero empezaron a preocuparse por no recibir llamadas ni noticias suyas.  Tras varias semanas de su partida, la preocupación se convierte en angustia.  Las preguntas que se hacen la madre, la hermana, la abuela, la hermana de su abuela, la tía, la joven que lo ama, su mejor amigo, los demás, son:  ¿por qué no se comunica?, ¿ por qué no sabemos de él? y, finalmente, ¿qué puede haber ocurrido a un joven de 25 años, saludable, lleno de vida y proyectos, apegado a su familia?.  Ninguna de las preguntas tiene respuesta.   Tiempo después, recuperan las cintas filmadas por Ángel, pero allí tampoco encuentran pista alguna.

El montaje está integrado por soliloquios, cada quien acude a la auto-reflexión para expresar su dolor.  Uno a uno va exponiendo lo que siente, lo que piensa y su grado individual de dolor.  Hay poca interacción entre los personajes.  El espectador se convierte en testigo mudo y habrá de ver distintas formas de dolor, así como fórmulas individuales para soportarlo.  Habrá quien se evada desmayándose o tirándose al piso, otros se sumergen en sueños o en el recuerdo de momentos gratos, o bien, confiesan alguna mentira, ansían recibir besos, sin intención imitan gestos de Ángel o se escudan en la negación, convencidos de que un día Ángel abrirá la puerta e, incluso, alguien presencia la vida desde el más allá.

Aparte del perfectamente estructurado y conmovedor texto, otro de los aciertos de Pascal Rambert fue la selección del elenco.  Eligió a histriones de diversas generaciones y orígenes, pero todos con probada trayectoria, amplias capacidades para encarnar a cualquier personaje, talento y sensibilidad.  Ellos son:  Julieta Egurrola,  Concepción Márquez,  Arcelia Ramírez,  Antonio Rojas,  Paulina Dávila,  Sofía Espinosa,  Emilio Carrera Quiroga,  Fernando Álvarez Rebeil  y  María del Mar Nader Riloba,  .  

Julieta Egurrola es la hermana de la abuela de Ángel;  Concepción Márquez, la dulce abuela;  Arcelia Ramírez, la doliente madre;  Antonio Rojas, el mejor amigo y confidente,  María del Mar Nader Riloba , la enamorada, Sofía Espinosa, la joven tía,  Emilio Carrera Quiroga, buen amigo y novio de la tía  y  Fernando Álvarez Rebeil, el guía, último que vio con vida a Ángel.  El trabajo histriónico, corporal y vocal de todos ellos es soberbio, destacando  Julieta Egurrola,  Concepción Márquez,  Arcelia Ramírez  y  Antonio Rojas, por el don natural que tienen para transmitir en escena las emociones de aquellos a quienes interpretan.

Pascal Rambert se involucró tanto con DESAPARECER que se hizo cargo de la dramaturgia,  la dirección escénica,  la iluminación y escenografía  y  el vestuario.  Pascal Rambert logra crear un concepto integral y se luce en todos los rubros a su cargo.  Su texto es apasionante y capta la atención de principio a fin.  Su labor de dirección es formidable, su trazo escénico es firme y riguroso.  Logra que su elenco saque a flote los sentimientos idóneos para revestir a los personajes.  Los desplazamientos son pausados en concordancia con el estado por el que cada quien atraviesa.  Entrelaza los cuadros con excepcional pericia.  Todo esto es más admirable aún si consideramos que el tiempo disponible para ensayos fue de poco más de medio mes.  El ritmo es preciso.  La iluminación es prácticamente fija, muy similar a la que se usa en una sala de hospital (esto es congruente con mi opinión de que es un autor "cirujano").  La escenografía es acorde al caos en el que ha caído la familia y se representa mediante casi una treintena de sillas en desorden y unas cuantas mesas.  El vestuario es bastante sencillo, predominando el color negro, con algunos toques de blanco.

Complementan el equipo creativo de DESAPARECER:  Humberto Pérez Mortera en traducción del texto original;  Belén Aguilar como asistente de dirección;  Fabiola de la Rosa como segunda asistente;  Javier Ángeles como asistente de escenografía;  Pedro de Tavira Egurrola en música;  Toño Garduño,  Marcela Bretón  y  Carolina de Ávila en escultura frutal;  Abril Aizaga en producción ejecutiva;  Fernando Álvarez Rebell en producción fílmica;  Fofo Yáñez en dirección de fotografía;  Annalisa Donatella Quagliata  y  Francisco Ramírez Vázquez en postproducción.

DESAPARECER es presentada por Cultura UNAM, a través de la Cátedra   Ingmar Begman en cine y teatro,  el Centro Universitario de Teatro,  la Dirección de Teatro,  la Compañía   Nacional de Teatro,  la Embajada de Francia en México, a través del Institut Français d'Amérique Latine  y  la Universidad de Guadalajara, a través de CulturaUDG / Artes Escénicas.

La intención de Pascal Rambert al crear DESAPARECER no fue la de dar un mensaje ni dejar una moraleja, sino plasmar en escena el mordaz dolor de la ausencia.  Con el apoyo de su esplendoroso elenco, cumplió plenamente su objetivo al lograr plasmar en escena ese dolor desde distintas perspectivas, a través de testimonios de personas que tienen una enorme herida en el corazón que no sanará, sienten un hueco, han perdido el sentido de la vida y están incompletos.  No es un montaje para entretenerse ni mucho menos divertirse, se trata de una confrontación abierta con el dolor que brinda al espectador la oportunidad de reflexionar, revisar sus propias heridas y comprender mejor todo lo que implica una ausencia.  DESAPARECER es una auténtica joya teatral.  

DESAPARECER fue estrenada el día 29 de febrero en el TEATRO JUAN RUÍZ DE ALARCÓN ubicado dentro del Centro Cultural Universitario en las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México -UNAM- en el sur de la Ciudad de México.  Quienes acudieron a verla impactados y conmovidos aplaudieron por largos minutos.   Se tenía previsto que su temporada concluyera el domingo 5 de abril de 2020, sin embargo, a causa de la emergencia de salud que estamos atravesando, se vieron precisados a suspender las funciones.  Confiemos en que pronto vuelva este montaje tan entrañable.  



jueves, 26 de marzo de 2020

POGO


 





Traje que utilizaba el verdadero POGO


POGO


Por:  Eugenia Galeano Inclán
Marzo 2020

Imágenes utilizadas por la Producción para promocionar POGO


Existen tantos crímenes como motivos para cometerlos.  Lo más común es que los delincuentes asesinen a alguien para apoderarse de sus pertenencias, pero también hay víctimas que son asesinadas por ira, venganza, celos, violencia de género, secuestros, violaciones o cualquier otro móvil.   Los más temidos son los depredadores, gente que asesina a varios para saciar sus bajos instintos o sin motivo aparente.  A estos se les llama asesinos seriales y quedan históricamente registrados.

Uno de estos asesinos en serie fue John Wayne Gacy (1942-1994) nacido en la ciudad de Chicago, Illinois, en Estados Unidos de Norteamérica.  Fue el único varón de los tres hijos procreados por John Stanley Gacy y Marion Elaine.  El padre era alcohólico y abusaba físicamente de su familia. Acostumbraba castigar severamente a John golpeándolo con un cinturón de cuero.  Esto hizo que John fuera más apegado a su madre y a sus hermanas, a pesar de que se esforzaba por quedar bien con su padre, sin lograrlo.  Además de los golpes, John tuvo más desgracias en su niñez.  A los 9 años fue abusado sexualmente por un conocido de la familia y a los 11 años se golpeó la cabeza con un columpio, a consecuencia de lo cual se le formó un coágulo en el cerebro que no le fue detectado sino hasta años después cuando comenzó a sufrir desmayos, que su padre creía que eran fingidos y decía ante todos que su hijo era un mentiroso.  John tuvo que tomar medicamentos por un extenso período para que el coágulo se disolviera.

John era inteligente, pero mal estudiante.  Asistió a varios colegios y siempre terminaba por abandonar los estudios.  Decidió independizarse y se fue a vivir a Las Vegas, Nevada, E.U.A., donde trabajó en una funeraria.  Tal vez no le agradó esa vida porque volvió tres meses después a Chicago, dispuesto a obtener un título.  Una vez que se graduó, obtuvo un empleo de aprendiz en una conocida zapatería, donde fue ocupando cargos superiores.  Tiempo después se casó con Marlynn Myers y tuvieron una hija.  La familia de la esposa le ofreció trabajo en un restaurante de su propiedad, del que John llegó a ser gerente.  Al mismo tiempo, John comenzó a involucrarse en organizaciones, causas sociales y políticas, donde era muy activo.  Además, como hobby, a John le gustaba asistir a desfiles y fiestas infantiles, para lo cual creó a POGO y acudía disfrazado de payaso.  Su matrimonio era aparentemente feliz, sin embargo, cuatro años después, Marlynn solicitó el divorcio porque John fue declarado culpable de abuso sexual a menores.   Se le condenó a 10 años en prisión, pero salió libre a los 16 meses por buen comportamiento.  

John fue meticuloso para ocultar su antecedente penal y continuó su vida.  Compró una casa e instaló en ésta su propio negocio de construcción.  Se casó por segunda vez con una mujer que tenía dos hijos y los tres se mudaron con él.  John se convirtió en un importante y respetado miembro de la comunidad.  Cada día tenía más éxito con su show de payaso, siendo contratado para eventos familiares, sociales y políticos, como campañas electorales o festividades.  

Corría el año de 1976 y en ese entonces nadie imaginaba que el popular. respetable y exitoso John Wayne Gacy llevaba una doble vida.  Una vez que su segundo matrimonio también terminó en divorcio, John dio rienda suelta a sus felonías, contactaba a jóvenes para llevarlos con promesas o engaños a su casa, los alojaba en el sótano y allí los engatusaba para un romance, pero tarde o temprano, terminaba atándolos, torturándolos y asesinándolos.  

En 1978 durante las investigaciones que se llevaban a cabo por la desaparición de un adolescente de 15 años, la policía descubrió que lo último que se supo del jovencito era que iba a una entrevista de trabajo con John Wayne Gacy, por lo cual procedieron a allanar su casa.  Entre los hallazgos, vieron que habían diversos artículos relacionados con otras desapariciones.   A partir de esto, John ya no pudo escabullirse.  Fue sometido a juicio.  Su abogado defensor alegó problemas mentales, lo cual fue desmentido por los especialistas del tribunal, quienes tras varios estudios aseguraron que no padecía demencia.  Luego, el abogado afirmó que las muertes habían sido accidentales, pero, por supuesto, tampoco era creíble.  Finalmente, John Wayne Gacy fue condenado a la pena máxima y el 10 de mayo de 1994 fue ejecutado por inyección letal.

En un período de seis años, John violó y mató a 33 jóvenes, 26 de los cuales enterró en el sótano de su casa.  Varias de las víctimas no pudieron ser identificadas y, según se sabe, sólo hubo 2 sobrevivientes, quienes declararon durante el juicio, revelando la forma en que los abordaba y los convencía de irse con él.  

El número exacto de víctimas jamás se sabrá, toda vez que años después de su muerte, fueron encontrados otros cuatro cadáveres en el terreno que ocupaba la casa de la madre de John Wayne Gacy.

Una historia aterradora, pero interesante, ampliamente difundida por los diarios y noticieros de la época.  John Wayne Gacy fue apodado "el payaso asesino" y quedó registrado como uno de los asesinos seriales más sádicos de todos los tiempos en base a la violencia que ejercía sobre aquellos a los que asesinó.  Posteriormente, ha servido de inspiración para autores, escritores, guionistas, criminalistas, terapeutas e investigadores.   Ahora, es llevada al teatro bajo el título de POGO.  

En esta ocasión, me permití hacer un resumen de la vida de John Wayne Gacy "Pogo", a fin de que los espectadores tengan una mejor comprensión de este ser tan enigmático como perverso, toda vez que la dramaturgia escrita por Edgar Marroquí para la versión teatral de POGO sólo alude a algunos datos biográficos y a la representación de ciertos aspectos del payaso asesino, enfocándose en la relación que mantenía con uno que otro de los jóvenes a los que convertiría en víctimas.  

Edgar Marroquí es un joven que se dedica al teatro desde hace tiempo y ha trabajado básicamente en producción de algunas obras importantes, sobre todo, en musicales que han alcanzado popularidad.

Por su parte, David Rodvel, que también se especializa en producción es quien se hace cargo de la dirección escénica de POGO.  Dado que tanto Edgar Marroquí como David Rodvel son expertos en producción, se enfocan en producir un espectáculo para llevar POGO a escena.  Concentran sus esfuerzos en la realización del entorno que alberga el relato y acuden a diversas técnicas similares a las que se utilizan en películas de terror para impactar al público.  La narración está ubicada en el sótano de la casa de POGO.  Entre los elementos con los que cuentan, está un traje que realmente perteneció y fue usado por el verdadero POGO, el cual en sí mismo representa una atracción.  A los asistentes que ocupan la primera fila, les facilitan un impermeable para que no se manchen de sangre en las escenas violentas y con esto logran que la adrenalina no quede limitada al escenario sino que se extienda asta el público.  La música, en ciertos momentos estridente va de la mano con la escenificación.

Lo más notable de POGO es el desempeño histriónico, corporal y vocal del actor que lo interpreta.   Luis Ernesto Verdín realizó un admirable trabajo en la creación de su personaje, no sólo comprendió su complejidad sino que logra plasmar en escena el carisma y la malignidad del POGO real, a través de una variada gama de emociones, incluso, transformándose en payaso al aplicarse el maquillaje frente al público.   Acompañan a Luis Ernesto Verdín en papeles coprotagónicos:  Michell Amaro, quien encarna a los personajes masculinos  y  Ariana Figueroa o Mafer Millan, quienes, alternando funciones, dan vida a los personajes femeninos. 

Complementan el equipo creativo de POGO:  Man with the broom en foto y diseño;  Mayra Téllez en vestuario;  Débora en escenografía;  David Rodvel en adaptación y dirección.

POGO es una producción de  Alan Rizieri  y  David Rodvel,  y  es presentada por:  Daltonik Producciones  y  Rodvel Producciones.

Es un montaje original basado en hechos de la vida real y que tiene varios atractivos, como sentir adrenalina, contemplar un traje usado por el propio POGO, dar un vistazo a algunos pasajes de la vida del payaso asesino y admirar la formidable interpretación de un actor fuertemente comprometido con su quehacer teatral.

El estreno de la presente temporada de POGO se llevó a cabo el día 6 de marzo de 2020, ofrecieron dos funciones con localidades agotadas en el FORO CONTIGO AMÉRICA, ubicado en el número 156 de la calle Arizona, colonia Nápoles en la Ciudad de México.  Se tenía previsto que POGO se presentara los sábados durante los meses de marzo y abril de 2020, sin embargo, ante la emergencia de salud que atraviesa México y casi todo el mundo, los productores en forma consciente decidieron suspender la temporada hasta nuevo aviso.  

Cuidémonos mucho y confiemos en que POGO pronto regrese a cartelera para que tengan oportunidad de verla.