martes, 30 de agosto de 2022

JUNIO EN EL '93









JUNIO EN EL '93
Historia de la diversidad en la Ciudad de México en el Siglo XX.  Capítulo III


Texto y fotografías:  Eugenia Galeano Inclán
Agosto 2022


Un buen relato nos transporta a otras dimensiones.  No existe límite alguno. Sin preocupación por costos o tiempos, podríamos llegar a cualquier ciudad, playa, bosque, montaña, desierto, incluso a la estratosfera o a otra galaxia. Lo importante para el traslado es que atrape nuestro interés y que no nos concretemos a leer, escuchar o ver, sino que nos dejemos llevar.

Cada vez que abrimos un libro, vemos una película, programa de televisión o acudimos a un teatro, se nos brinda la posibilidad de viajar y la aventura puede resultar fascinante. 

El viaje que nos ofrece JUNIO EN EL '93 no es hacia el exterior sino hacia el interior de un ser humano que dejó una huella indeleble.

Se trata de Alejandro Reyes nacido en 1963, un actor fuera de serie. En 1986 debutó en "¿Duele Marat? P.D. Sade", para luego participar en "Doble Cara" (1987), "Sexo, pudor y lágrimas" (1991, sustituyendo a Daniel Giménez Cacho), "Mishima" (1993), "James Joyce. Carta al Artista Adolescente" (1994)  y "Roberto Zucco" (1995).  Quienes lo vieron quedaron impactados por sus cualidades histriónicas.

La formación actoral de Alejandro Reyes le fue impartida por el célebre creador teatral Abraham Oceransky en Xalapa, Veracruz.  Alejandro apreciaba mucho a Oceransky y se refería a él como su "sensei".   En 1993 Oceransky convocó directamente a Alejandro para encarnar a Onnagata Mangiku, protagonista de "Mishima", escrita por Abraham Oceransky inspirándose en obras de Yukio Mishima (1925-1970), novelista, ensayista, poeta, dramaturgo, guionista y crítico japonés.  "Mishima" constituyó un rotundo éxito, a partir del cual todo apuntaba a que Alejandro Reyes sería uno de los actores más queridos y admirados en México.|

En 1995 Alejandro Reyes fue llamado para participar en "James Joyce. Carta al artista adolescente" de la autoría de Luis Mario Moncada, bajo la dirección de Martín Acosta, obra entrañable que quedó en la memoria de muchos.

Luis Mario Moncada comenta lo siguiente acerca de Alejandro Reyes, en su blog:  "fue su papel en 'James Joyce. Carta al Artista Adolescente' el que lo elevó al rango de gran creador. Imposible llegar al resultado conocido sin su sensibilidad y su manejo del lenguaje escénico: él encarnó como nadie al legendario Stephen Dedalus.¨   Al principio Martín y yo pensamos que teníamos una obra  'elitista', pero la forma en que Alejandro fue envolviendo al público, trayéndolo a un terreno de intimidad, humor y confesión inédito para nosotros, nos convenció de que la obra aguantaba en todos los espacios y lugares.  De hecho no fuimos nosotros, sino la forma en que Alejandro seducía al público la que nos llevó a los rincones más insospechados, desde un auditorio de ciudad Guzmán a la mítica sala La Mamma de Nueva York, pasando por decenas de escenarios y públicos distintos. De su actuación en inglés se podría decir otro tanto; por ahí quedan algunos testimonios en video que dejan ver la fluidez y emoción con la que trabajaba incluso en ese idioma".

Mientras el éxito profesional le sonreía a Alejandro Reyes, en su vida personal un padecimiento lo desgastaba, toda vez que lamentablemente había sido diagnosticado como seropositivo desde 1988.

Para transmitir las emociones de sus personajes, los grandes actores son seres con un alto grado de sensibilidad.  Alejandro Reyes vivía intensamente.  Tenía la costumbre de registrar sus sentimientos en una especie de diario, donde plasmaba todo aquello que le sucedía en su día a día, como sus procesos de trabajo, ensayos, descansos, interacciones con sus compañeros o amigos, sus romances, obsesiones, sueños, fantasmas, miedos, anhelos, estados de ánimo.  Intituló ese "diario" como "Perdóname Yukio".  En el año de 1996 tuvo a bien entregar ese manuscrito a Luis Mario Moncada y Martín Acosta, con quienes había entablado una estrecha amistad y les pidió que algún día lo publicaran.   Poco tiempo después Alejandro partió de este mundo, con tan solo 33 años de edad. 

Tanto Luis Mario como Martín son creadores que viven dedicados a su trabajo en forma incansable, sin embargo, no olvidaron a Alejandro Reyes ni su ofrecimiento de publicar el texto recibido.  En razón de sus múltiples ocupaciones y también por los engorrosos trámites que antes imponían las editoriales, transcurrieron 25 años hasta que por medio de ediciones Teatro de Arena pudieron imprimir cien ejemplares de "Perdóname Yukio", con lo cual el compromiso estaba cumplido, pero fueron más allá de la publicación y comenzaron a planear llevarla a escena.

Luis Mario Moncada se dio a la tarea de crear la dramaturgia de JUNIO EN EL 93, tomando como base "Perdóname Yukio", mientras que Martín Acosta se ocuparía del montaje y la dirección escénica. 

El texto concebido por Luis Mario Moncada es de buena estructura y pleno de matices, captando aspectos de la vida personal y laboral de Alejandro Reyes durante su proceso de trabajo en "Mishima".  El relato es tan vívido y descriptivo que atrapa desde el primer instante y el interés se va acrecentando conforme avanza.  El nombre de Alejandro fue cambiado a Junio y hacen referencia a Oceransky como Océano.

Martín Acosta traslada a escena el potente texto de Luis Mario Moncada con toda la esencia de las memorias de Alejandro Reyes, proveyéndoles de una naturalidad asombrosa, logrando situar al espectador en la época y tonos pertinentes para hacerlo sentir que está viendo lo que ocurría en la vida del virtuoso actor.  Cuida en extremo todos y cada uno de los detalles.  Utiliza su creatividad y experiencia para construir diversos entornos tan solo con el juego y colocación de un par de bancas.

La labor de dirección por parte de Martín Acosta es fantástica, su trazo escénico es firme y riguroso, consigue que su elenco sea homogéneo y el balance de cada acción es el apropiado con un ritmo preciso.

El elenco está conformado por Mel Fuentes (Venus),   Miguel Jiménez (Ulises),  Baruch Valdés (Junio),  y  Medín Villatoro (Roberto).  Cada uno de ellos entrega cuerpo, alma y corazón, logrando un gran desempeño histriónico, corporal, vocal y de expresión, al interpretar a sus respectivos personajes en forma orgánica y emotiva.

Matías Gorlero prescinde del uso de la tecnología lumínica moderna para realizar el diseño de iluminación a base de luz blanca al estilo de los años noventa con los focos que se acostumbraban entonces.  La iluminación lograda es un elemento fundamental para los efectos requeridos en esta propuesta. 

La escenografía diseñada por Eva Aguiñaga es sencilla, pero estética y funcional.  Sobre un escenario vacío sólo se ven dos bancas largas de madera a las que se dan diversos usos.  Un bello biombo de estilo japonés, recubierto de seda, sirve como pantalla donde se ven algunas imágenes provenientes de un proyector de acetatos.

El vestuario diseñado también por Eva Aguiñaga es otro acierto.  Las prendas son acordes a la moda noventera.  Era clásico que los uniformes o ropa de trabajo se adornaran con vivos en otro color. El kimono que porta Junio luce bello y tradicional. Los demás atuendos permiten versatilidad y aportan color y textura.

El diseño sonoro por parte de Isay Ramírez es muy atinado, la musicalización coadyuva a proveer los distintos ambientes, incluyendo las percusiones básicas realizadas por los integrantes del elenco.

Complementan el equipo creativo:  Michelle Menéndez en la producción general;  Paulina Montiel en la producción ejecutiva;  Fryda Vázquez en la asistencia de producción,  y  Eduardo Arriola en la asistencia de producción y de dirección..

JUNIO EN EL '93 es una producción de la compañía Teatro de Arena  y  presentada por el Centro Cultural Helénico.

Desde mi perspectiva, lo que hace excepcional a JUNIO EN EL '93 es haber nacido del corazón. Inicia con el profundo amor que Alejandro Reyes sentía por la vida y el teatro, mismo que dejó plasmado en sus memorias, sigue con el cariño, estimación y respeto con los que toman su escritura Luis Mario Moncada y Martín Acosta para llevarla a escena, el inigualable trabajo de todo el equipo creativo y la pasión con la que  cada uno de los integrantes del elenco abraza a los personajes al darles vida . 

Es muy triste que los sueños y posibilidades de Alejandro Reyes se hayan visto truncados, pero de seguro doquiera que esté se sentirá halagado y feliz con este conmovedor homenaje.

JUNIO EN EL '93 es de esas obras que el espectador se lleva consigo para guardarla en su memoria. 

No te quedes sin ver JUNIO EN EL '93, corre a comprar tus boletos porque sólo restan dos funciones.

Las funciones son presenciales, ten la confianza de que en el Centro Cultural Helénico se observan todas las medidas instauradas por las autoridades de salud, como tapete sanitizante, toma de temperatura, gel para manos y  cubrebocas obligatorio.  Las superficies del recinto son desinfectadas antes y después de cada función.

JUNIO EN EL '93

se presenta a las 20:00 horas
martes 30  y  miércoles 31 de agosto de 2022  en el
TEATRO HELÉNICO
del  Centro Cultural Helénico
ubicado en Avenida Revolución número 1500
Colonia Guadalupe Inn,  Ciudad de México
 
Duración aproximada:  100 minutos

Clasificación: Mayores de 15 años
 
El costo de la localidad es de $260


Adquiere tu acceso en Taquilla o en la página del Helénico





martes, 23 de agosto de 2022

SOLO EN EL DESIERTO








SOLO EN EL DESIERTO
La rebelión de Manuel Rodríguez Lozano

 

Texto  y  fotografías:  Eugenia Galeano Inclán
Agosto  2022

Siempre es bueno conocer la historia personal de los artistas que alcanzan la celebridad, en virtud de que resulta interesante saber en qué lugar y bajo qué circunstancias crearon alguna obra de arte, sea porque es de nuestro agrado o porque cumple con las cualidades suficientes para ser admirada y/o reconocida.   Además, es mucho más emotivo ver el lado humano detrás de toda gran obra.

Vicente Ferrer decidió adentrarse en el ámbito de la pintura y el muralismo, para escribir SOLO EN EL DESIERTO, cuyo protagonista es el destacado pintor mexicano Manuel Rodríguez Lozano, a quien da voz para que devele en forma paulatina pasajes de su vida y obra.  Del mismo modo en que llegan los recuerdos, el artista los va compartiendo con el público sin un orden cronológico. 
 
Manuel Antonio Rodríguez Lozano (1891-1971) fue un pintor mexicano cuya obra no puede ser clasificada en un solo estilo, dado que abarcó diversas técnicas y temáticas, como el muralismo, el fauvismo, lo dramático, siempre impregnado de lo mexicano, asimismo, exploró la pintura dramática y tuvo tendencias hacia captar el dolor, la miseria o la desolación. En general, se centró en alusiones metafísicas de corte neoclásico.  Su padre de carácter dominante quiso que tuviera una educación militar, así que cursó sus estudios en el Heroico Colegio Militar, para después dedicarse a la diplomacia, lo cual le permitió conocer otros países.  En España se enamoró de Carmen Mondragón y se casó con ella, sin estar consciente de sus propias preferencias.  El matrimonio viajó a París y allí quedaron impactados ante el vanguardismo francés al conocer a Henri Matisse, Georges Braque, Pablo Picasso, André Lhote, André Salmon y a Jean Cassou, entre otros. Les marcó tanto que ambos aprendieron a pintar de manera autodidacta. 

Vicente Ferrer ofrece una buena labor de dirección.  Los desplazamientos están bien administrados, balancea los momentos dramáticos con los humorísticos, los cambios de espacio son diversos y el ritmo es preciso.

Por su parte, Leonardo Mackey brinda una interpretación convincente.  Para él esta obra es significativa, puesto que está celebrando 37 años como actor.  En escena es acompañado por Andrei Caballero, en ciertas interacciones, como sombra o dando vida a algunos personajes, con buen trabajo corporal y versatilidad.   Con voces en off participan:  Tito Vasconcelos,  Salvador Novo,  Ariane Pellicer,  Jorge Levy,  Roxana Andrade,  Raúl Oviedo,  Gerardo Ledezma, Vicente Ferrer  y  Arturo Vega.  

Para  SOLO EN EL DESIERTO, Vicente Ferrer de seguro llevó a cabo una exhaustiva investigación sobre la vida de Rodríguez Lozano, a fin de dar veracidad a la compilación de datos y referencias que ofrece en su bien estructurado  texto, toda vez que incluye etapas, lugares, personas con las que se relacionó, así como sus aspiraciones, anhelos, logros, fracasos y hasta una acusación por un robo que no cometió, pero que lo hizo caer en prisión.  Lo más atrayente es que también incorpora el íntimo sentir y pensar del pintor.  La historia capta la atención del espectador de principio a fin. 

En la puesta en escena de SOLO EN EL DESIERTO Vicente Ferrer enmarca el emotivo relato en un espacio sobrio, estético y muy funcional, para lo cual Gerardo Ledezma realizó los diseños de escenografía e iluminación.  Para el espacio escénico, Ledezma utiliza un par de sillas de madera y cuatro paneles que hacen las veces de muros, puertas, ventanas, pasadizos, así como una pantalla donde se proyectan imágenes de obras, personas o sitios que sirven como referencia en apoyo a los sucesos que se narran.  En cuanto a la iluminación, la imparte en forma atinada para resaltar algunos cuadros o para cambios de tiempo o lugar.

El escenario es presidido por el mural "La Piedad en el desierto", mismo que fue diseñado por Anna López Anaya.  Cabe señalar que se trata de una de las obras más emblemáticas de Manuel Rodríguez Lozano, cuyo original se encuentra en exhibición en el Palacio de Bellas Artes en Ciudad de México.

El vestuario diseñado por Carmita Soria y Julio Marín va muy acorde a la época en que transcurre la historia.

Complementan el equipo creativo:  Vicente Ferrer en producción general;  Mario de León en producción ejecutiva;   Daniel Piña como asistente de producción;  Mauricio Aziz en musicalización;   Gerardo Ledezma  y  Vicente Ferrer en realización de video;  José Arroyo en diseño de cartel,  y  Eder Zárate como RP y en difusión.

La propuesta SOLO EN EL DESIERTO es otro de los muchos proyectos que se vio interrumpido por la pandemia.  Ha cubierto varias temporadas y hace unos meses develaron una placa por sus exitosas presentaciones.  Aventúrate en el mundo de la pintura y el muralismo y conoce más a fondo a Manuel Rodríguez Lozano, en un montaje lleno de estética visual donde, de paso, tendrás oportunidad de estar frente a la réplica de un famoso mural.  La temporada actual estaba programada hasta fines de agosto, pero, por la demanda de boletos, se acaba de extender un mes más.

En cuanto a protocolos de seguridad, puedes ir con la confianza de que en El Círculo Teatral se observan todas las medidas dictadas por las autoridades sanitarias, incluyendo la desinfección de espacios antes y después de cada función.    

 

SOLO EN EL DESIERTO

se presenta los martes las 20:30 horas en

 EL CÍRCULO TEATRAL

ubicado en la calle Veracruz número 107

--muy cerca del Parque España--

Colonia Condesa

Ciudad de México  

 

Duración aproximada:  90 minutos

 

Clasificación:  Adolescentes y adultos

 

Entrada general:  $300 


Adquiere tu acceso en Taquilla o en Boletópolis

 

La temporada concluye el martes 27 de septiembre de 2022

 





viernes, 5 de agosto de 2022

CUANDO LA LLUVIA DEJE DE CAER







CUANDO LA LLUVIA DEJE DE CAER



Texto:  Eugenia Galeano Inclán
Agosto 2022

Carteles  y  fotografías promocionales



Existen numerosas teorías sobre identidad y destino.  Conforme a los avances científicos en el campo de la genética, se sabe que nuestros rasgos físicos provienen de la combinación de genes de nuestros padres y madres y que tanto ellos como sus antecesores los fueron heredando de sus respectivos progenitores.  Junto con las características físicas que determinan la apariencia, también se transmiten habilidades y capacidades personales, así como la predisposición a ciertos padecimientos.

En cuanto al destino, es mucho más difícil averiguar cómo será, en virtud de que se supone que cada quien labra el suyo, dependiendo de muchas circunstancias como entorno, educación, estudios, aspiraciones, esfuerzo y oportunidades, entre otras.

El autor australiano Andrew Bovell, uno de los escritores contemporáneos más reconocidos y laureados, decidió explorar estos temas en CUANDO LA LLUVIA DEJE DE CAER, una obra que aborda diversas temáticas:  legado, lazos familiares, amor, dolor y perdón.

Andrew Bovell nacido en 1962 en Kalgoorlie, Australia, se desempeña como dramaturgo y guionista de cine y televisión.  Entre los numerosos premios a que se ha hecho acreedor a lo largo de su trayectoria, se encuentran los recibidos en particular por CUANDO LA LLUVIA DEJE DE CAER, el Premio de Literatura otorgado por el Gobierno Victoriano en 2008, el Premio de Literatura otorgado por el Gobierno de Queensland en 2008, así como el Premio del Cuarto Verde Victoriano en 2009, el Premio a mejor trabajo escénico, y el Premio de Teatro en Sydney por el mejor trabajo austaliano nuevo.

Para CUANDO LA LLUVIA DEJE DE CAER,  lo primero que tomó en cuenta Bovell es que el ser humano no sólo tiene cuerpo sino también espíritu y que ambos son parte del legado familiar.  Es fácil ver las similitudes fisonómicas con los padres, mientras que el espíritu es etéreo y las emociones no se ven, pero sí se transmite la carga energética.  

Conforme a la perspectiva de Bovell, si hay un bache en lo personal o en lo familiar, derivado de algún suceso adverso que se calla o se oculta, éste no desaparece sino que afecta a quienes lo vivieron y también a las generaciones subsecuentes, hasta que alguien de algún modo sea capaz de desatar ese nudo.  Será entonces CUANDO LA LLUVIA DEJE DE CAER

Bovell despliega su conocimiento del sentir humano en un drama con toques de humor, poesía y esperanza, al escribir un relato no lineal ni cronológico que retrata la vida de una familia a través de cuatro generaciones, abarcando nada menos que ochenta años, de 1959 a 2039. De paso, coloca a los personajes en un entorno definido, aludiendo a costumbres, sitios emblemáticos de su país natal y a la muy preocupante crisis climática que enfrenta el planeta.

La amplia duración de tiempo que impone el autor representa un reto bastante inusual para llevar la obra a escena.  

Enrique Singer, uno de los más prestigiosos directores mexicanos, vence el reto airosamente.  Traslada el relato en toda su esencia y lo enmarca en un montaje extraordinario.  La manera en que entrelaza las distintas etapas de la historia es muy creativa.  Engarza cada cuadro en tal forma que ni bien termina uno cuando ya está empezando el siguiente.

La labor de dirección escénica por parte de Enrique Singer es magistral. La dinámica de desplazamientos, los parlamentos, pausas y expresiones de cada personaje son apropiados y oportunos. Además, a pesar de que los integrantes de su elenco son de distintas procedencias, estudios y trayectorias, logra conformar un equipo homogéneo.  La coordinación, sincronía y ritmo son precisos.

La obra da inicio en una calle con varios transeúntes tratando de guarecerse de la lluvia.  De pronto, a un hombre le cae del cielo un pescado.  El asegura no creer en Dios, pero reconoce que el pescado le ha caído en un momento en que era justo lo que necesitaba.

El trabajo histriónico, corporal, vocal y de expresión de cada uno de los actores y actrices es loable.  Recorren una amplia gama de emociones y las transmiten en forma pertinente a cada instante.  Ellos son:  Cecilia Toussaint,  Sophie Alexander-Katz,  Tato Alexander,  Verónica Terán,  Víctor Weinstock,  Misha Arias de la Cantolla,  Andrés Torres Orozco,  Luis Fernando Mayagoitia  y  Efraín Félix.

La escenografía diseñada por David Molina es bella y sobria, al mismo tiempo que atemporal y funcional. Está compuesta por paneles deslizantes, algunos muebles y variados elementos escenográficos.  También es Daniel Molina quien diseña la bien impartida iluminación que juega un rol importante para marcar ciertos cambios de ambiente.

El vestuario propio de los diversos tiempos que recorre la narrativa es diseño de Emilio Vega.

Prensa y difusión están a cargo de PinPoint Comunicación.  

CUANDO LA LLUVIA DEJE DE CAER es una producción de En Llamas Producciones y La Gran Audiencia.

Pocas veces se tiene la oportunidad de transitar por un lapso de tiempo de cerca de un siglo, lo cual ocurre en CUANDO LA LLUVIA DEJE DE CAER, incluso, podrás ver a ciertos personajes en su juventud y en su madurez casi simultáneamente.  El relato captará tu atención de principio a fin, el montaje te sorprenderá y las actuaciones son conmovedoras.   Si quieres saber qué fue lo que sucedió en esta familia, debes acudir a verla, pero apresúrate porque es su última semana. 

Las funciones son presenciales, ten la confianza de que se observan todas las medidas instauradas por las autoridades de salud, como tapete sanitizante, toma de temperatura, gel para manos y  cubrebocas obligatorio.  Las superficies del recinto son desinfectadas antes y después de cada función.

CUANDO LA LLUVIA DEJE DE CAER

se presenta  viernes a las  18:30  y  20:30 horas

sábado  a las  18:00  y  20:00 horas  y

 domingo  a las  17:30  y  19:30 horas  en el

 TEATRO RAFAEL SOLANA

dentro del Centro Cultural y Social Veracruzano
ubicado en la Avenida Miguel Angel de Quevedo número 687

San Francisco, Coyoacán

Ciudad de México  

--cerca de la Estación Miguel Angel de Quevedo del Metro--

 

Duración aproximada:  90 minutos

 

Clasificación:  Adultos


Costo de la localidad:   $500


Adquiere tu acceso en Taquilla o en Ticketmaster

 

La temporada concluye el domingo 7 de agosto de 2022