ASATIA





 
ASATIA

Texto  y  fotografías:  Eugenia Galeano Inclán
Diciembre 2016

En estos tiempos en que la tecnología es parte fundamental de la vida, de pronto nos preocupamos de que las máquinas lleguen a sustituirnos, sin damos cuenta de que nosotros mismos somos quienes nos vamos mecanizando.  Por cuestión de distancias o de nuestras ocupaciones, preferimos comunicarnos mediante celular que ir a ver a alguien.  En los bancos podemos comprobar que los jóvenes cajeros no saben hacer cuentas mentalmente.  Los vecinos pocas veces se saludan.  En el transporte público nos exponemos a ser empujados, lastimados o robados.  Es difícil confiar en el prójimo cuando gran parte trata de sacar ventaja.  En fin, es una época de ensimismamiento en que contadas son las personas que se preocupan por sus semejantes.

En específico, en el ámbito teatral, también se nos presentan dificultades, afortunadamente en casos aislados, pero de vez en cuando hay algún encargado de la lista que se siente el dueño del teatro y si no está uno anotado, no hay forma de entrar, igual si no hay espacio, no se molestan en tratar de encontrar una solución.  Por eso, en lo personal, siempre me es grato acudir al Teatro El Milagro, un espacio donde encuentras a seres humanos atentos y preocupados por resolver cualquier dificultad.  Desde que llegas, te recibe el encargado de taquilla con una sonrisa, te informa de promociones y ofrece soluciones.  Así mismo, la joven que atiende la cafetería te sonríe y te prepara el café de tu preferencia, calientito y aromático.  Hasta los técnicos te saludan amablemente.

Los directivos cuidan su cartelera y acostumbran presentar teatro de calidad.  Además, como ya lo hemos mencionado en otras ocasiones, mantienen sus puertas abiertas al talento joven y a nuevas propuestas.

Entre aquellos que han recibido apoyo por parte del Teatro El Milagro, se encuentra Vaca 35 Teatro en Grupo, una "Agrupación teatral independiente, que tiene su creencia en el diálogo directo con el espectador, en base a la creación de espectáculos escénicos, que dialoguen con nuestro entorno, y que propongan una forma de pensamiento, así como de reflexión profunda, en la escena, en el actor y en la vida que puede representar lo teatral".  Este grupo, comandado por Damián Cervantes hoy día tiene en su haber numerosos galardones.  Su éxito ha traspasado fronteras y en España también han obtenido reconocimientos.
 
En este año El Teatro El Milagro y Vaca 35 Teatro en Grupo instituyeron una nueva forma de apoyar a jóvenes que desean hacer teatro, bajo la denominación de "La Vaquita" abrieron una convocatoria.  Una vez recibidas, analizadas y aprobadas las propuestas, resultó ganador el Colectivo Berenjena, con su obra ASATIA.

Uno de los temas que aborda ASATIA es la vocación.  Al nacer no elegimos cuándo ni donde.  A partir del nacimiento vamos adquiriendo el poder de decisión.  Una de las grandes decisiones de la vida es a qué queremos dedicarnos.  Pocos son los privilegiados que sienten una vocación firme.  Hay quienes de plano no tienen idea de qué es lo que prefieren, otros eligen determinada profesión, para luego cambiar de rumbo y uno que otro que se dedica a cualquier cosa sin devoción alguna.

Según sus creadores, ASATIA surge "del shock emocional que hemos vivido los integrantes del Colectivo Berenjena al salir de la escuela de arte. El shock de no tener las carreras que tanto ansiábamos y que creíamos que tendríamos una vez egresados. Sabemos, por experiencia y con base en la observación de nuestro contexto, que no somos los únicos que lidiamos con este fuerte impacto, ya que asalta a todo joven artista y podríamos apostar que mas bien es una experiencia genérica del recién egresado universitario. Este proyecto pretende hablar del vacío que sentimos al basar nuestro amor propio y nuestra autovaloración en el éxito profesional que lleguemos a obtener".

El estructurado texto escrito por Eduardo Orozco capta el interés de inicio a fin, comenzando por tratar de entender qué significa ASATIA, cuya etimología explican con lógica e ingenio.  La trama versa sobre el sentir íntimo de Paula, una joven que a base de esfuerzo y dedicación ha logrado sobresalir como cellista.  A sus 25 años de edad forma parte de la Orquesta Sinfónica Nacional, a la cual ingresó antes de haber concluido sus estudios.  Paula se abstiene de reuniones familiares o de amigos, con tal de practicar el cello.  Por lo bella que es no le faltan pretendientes, pero ella ni caso les hace porque siente que se distraería de lo que a ella le interesa.  No se pone a pensar que la vida no puede ser sólo trabajo y menos se da cuenta de todo aquello que se está perdiendo.  Por casualidad, un día Paula conoce a Matías.  De algún modo queda impactada.  Conversan, se llevan bien, se entienden.  Podría decirse que están hechos el uno para el otro y surge el amor.  Sin embargo, Paula no depondrá su anhelo más preciado de ingresar a la Orquesta Filarmónica de Berlín, ni siquiera por el amor de su vida.

El montaje es de corte realista, algunos muebles y elementos escénicos que los propios actores van reacomodando, a fin de representar espacios diversos.  El público entra en la convención de que dos sillas constituyen un automóvil.  Despliegan sus habilidades al máximo, en lugar de radio, son ellos quienes cantan las canciones, aun cuando estén cambiando de estación a cada momento. Igual se escucha a Shakira que a Pavarotti.  Lo único que no se les da mucho es la música de banda.  El sonido de mar y gaviotas les sale formidable.  El vestuario es casual acorde al que se utiliza en la actualidad y se le van dando variaciones ágilmente sobre la marcha.  Bien distribuida la iluminación y oportuna la música ambiental.  Los diseños de escenografía, iluminación y vestuario son de Salmah Beydoun y Natalia Sedano.  El diseño sonoro y la musicalización son de Chris McKensie,  y  la asesoría musical de Samuel E. Meza Salgado.

La dirección escénica también por parte del Colectivo Berenjena es impecable.  Bien diseñado el movimiento escénico, los cambios de entorno, espacio aprovechado a fondo y ritmo preciso.

El elenco está conformado por Verónica Bravo, quien da vida a Paula,  y  Eduardo Orozco, quien hace gala de su versatilidad al interpretar a todos los personajes masculinos y uno femenino.  Estupenda la labor histriónica, corporal y vocal de ambos.

Xóchitl Galindres brinda asesoría actoral.  El diseño gráfico es de Salmah Beydoun.  La fotografía es de Samuel del Valle.

ASATIA es un proyecto apoyado por el programa México en Escena del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes a través de Vaca 35 Teatro en Grupo,  presentado por el Teatro El Milagro.  La producción corre a cargo de Vaca 35 Teatro en Grupo  y  Colectivo Berenjena.

Es loable que se organicen convocatorias como "La Vaquita", grato comprobar que hay talento en México  y  sorprendente la forma en que Colectivo Berenjena logra un proyecto tan redondo, una historia interesante que refleja las inquietudes, los temores, los logros y las equivocaciones de los jóvenes, al representar el caso particular de Paula, la chica que no sólo se está perdiendo de disfrutar de lo que la vida le ofrece sino hasta a sí misma.  El Colectivo Berenjena utiliza como frase promocional una cita de Goethe:  “Todo nos falta cuando nos faltamos a nosotros mismos”.  Un relato que no sólo nos entretiene, sino que nos conmueve y lleva a la reflexión.  Desafortunadamente acudimos a la penúltima función, hoy concluye temporada.  Así que corre a verla. 

ASATIA se presenta hoy miércoles 14 de diciembre de 2016 a las 20:30 horas en el NUEVO ESPACIO del TEATRO EL MILAGRO, ubicado en la calle Milán número 24, colonia Juárez,  Ciudad de México.


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