HIMMELWEG
Texto y fotografías: Eugenia Galeano Inclán
Noviembre 2019
Uno de los más grandes anhelos de todos es vivir en paz, pero con el tiempo esto parece ser cada vez más utópico. Basta leer o escuchar las noticias para darnos cuenta de que en todo el mundo hay conflictos. En nuestro país la lucha por el poder, los carteles, el narcotráfico, las desapariciones y la violencia en general han hecho fuertes estragos. En países latinoamericanos o sudamericanos los intentos de golpes de estado, las protestas, las injusticias y las batallas internas han menoscabado los derechos de sus habitantes.
Podríamos decir que las primeras guerras que existieron estaban más reguladas que las actuales, ya que había campos de batalla, donde iban los regimientos a enfrentarse contra el ejército contrario. En cambio, ahora las guerras ocurren en cualquier lugar y toda la población queda expuesta a golpes, abusos, heridas o detenciones. Han habido tantos desplazamientos porque lo que más busca la gente es alejarse del peligro.
Las Primera y Segunda Guerras Mundiales fueron tan terribles que resulta pavoroso pensar que pudiera haber una Tercera Guerra Mundial. Esto debido a que tanto las tácticas, estrategias y armamentos han ido evolucionando y si acaso la hubiera, sería el fin del mundo.
Hemos visto cientos de imágenes de los horrores de guerra a través de noticieros y en las redes sociales, pero, lo cierto, es que éstas por aterrorizantes que puedan parecer no se comparan con lo que sienten quienes lo viven. En la Segunda Guerra Mundial fue cuando se disparó la información de lo que realmente pasaba, sobre todo, por el holocausto, del cual, en su momento, pocos tenían conocimiento, toda vez que los alemanes se propusieron ocultar lo que allí sucedía.
En relación con el holocausto, hay extensa literatura. Los detalles han ido revelándose mediante testimonios, libros, películas, series televisivas y otros medios. Desde luego, también existe dramaturgia al respecto y siempre hay aspectos no difundidos. Juan Mayorga, uno de los más destacados dramaturgos españoles decidió abordar el tema a través de HIMMELWEG.
Entre las características de la obra de Juan Mayorga están la profundidad que emplea, su compromiso personal y lo metódico que es en su labor. Esto lo ha hecho acreedor a múltiples premios, galardones, reconocimientos y nominaciones tanto en teatro como en la cinematografía. Su obra ha traspasado fronteras al ser traducida a varios idiomas para ser representada en casi todos los continentes.
Ahora, HIMMELWEG ha llegado a México. Para crear su ficción, Juan Mayorga escribió HIMMELWEG en 2004, inspirándose en hechos de la vida real. En 1944 durante la Segunda Guerra Mundial una delegación de la Cruz Roja Internacional visitó el campo de concentración de Theresienstadt, donde estaba HIMMELWEG. Con acierto Mayorga recrea los hechos en forma tan vívida que quien lo lea o asista a su representación sentirá ser testigo presencial de los sucesos. Según el autor, a través de HIMMELWEG "intenta explorar tres temas: la responsabilidad de un hombre cuya misión es ayudar a las víctimas y se acaba convirtiendo en cómplice de los verdugos, la invisibilidad del horror, y la perversión de atraer a las víctimas a la zona gris. 'Esa zona de ambigüedad que irradia de los regímenes fundados en el terror y la sumisión', nace en realidad en 'La ambigüedad humana provocada fundamentalmente por la represión'.".
El texto de HIMMELWEG de la autoría de Juan Mayorga es de buena factura y su estructura es formidable. Con precisión retrata un pasaje de algo que era costumbre en los campos de concentración. A fin de evitar que la gente se enterara de lo que allí sucedía, aparte de los abusos, torturas, experimentos y exterminios que se practicaban, los dirigentes aleccionaban a los confinados para que aparentaran que todo era normal en caso de recibir alguna visita que los cuestionara, ya fueran reporteros, autoridades o simplemente extraños. La acción se ubica en la enfermería del Campo Theresienstadt, una área llamada HIMMELWEG, cuya traducción es "Camino al cielo", por paradójico que parezca.
Un hombre de origen humilde se convierte en Delegado de la Cruz Roja Internacional y le encomiendan visitar un campo de concentración. En su trayecto va pensando "nunca había viajado, la guerra me dio esa oportunidad", le preocupa que no tienen "permiso para entrar en aquellos campos", pero está dispuesto a hacer bien su trabajo. Tiene ante sí barracones de madera y barracones de ladrillo. El Comandante es quien lo recibe. Le sorprende que este oficial de personalidad tan recia sea amable y sonriente. Es un hombre culto y de charla muy amena, conversan, luego el Comandante pide a Gottfried Gershom, su asistente, que sirva de guía al recién llegado. Gottfried y el Delegado cruzan el silencioso bosque, por donde antes había "columpios, un campo de futbol, una sinagoga y un teatro". Recorren una estación de trenes, los cuales llegan siempre llegan a las seis de la mañana en punto, según se aprecia en el gran reloj de báscula que preside la estación.
El Delegado medita "yo soy los ojos del mundo" y recuerda "mis padres nos educaron en la compasión, no puedo cerrar los ojos al dolor ajeno". Salvo algunos detalles, como que la gente usa "zapatos sin cordeles", el Delegado no logra descubrir que algo esté fuera de lugar. Pasa a despedirse del Comandante en su oficina repleta de libros, y le comenta: "Al llegar a Berlín hago mi informe".
La labor de dirección por parte de Ricardo Rodríguez es muy creativa. Su trazo escénico es riguroso y atrevido. Se apropia de todo el espacio del foro para la representación. Desde que el espectador entra la sala habrá de ver un foro distinto a lo que conocía. Traslada fielmente el texto de Mayorga a la escena. Utiliza como base el desempeño histriónico de los integrantes de su elenco. Las coreografías, los desplazamientos, las acciones y las pausas están bien planificados. El ritmo es preciso.
El elenco está conformado por: Luis Eduardo Yee (Delegado Cruz Roja), Cristian Magaloni (Comandante) y Hamlet Ramírez (Gottfried Gershom)
Santiago Álvarez, Franisco Borrayo, Juan Pablo Monsalvo; Alan Nieva y Rodrigo Silva (Niños de la peonza)
Ana Irigoyen y Ana Escalante (Niña con muñeco)
Pablo Villegas, Katya Bizarro, Gabriela Del Rio, Ayelen Muso y Ana Escalante (Parejas de amantes).
Los protagonistas Luis Eduardo Yee, Cristian Magaloni y Hamlet Ramírez ofrecen un espléndido trabajo histriónico, corporal y vocal. Encarnan a sus personajes con veracidad absoluta. Es loable que esta generación de creadores teatrales diversifiquen sus actividades y destaquen en cualquier área, como recientemente dos de ellos lo hicieron en el campo de la dirección -Cristian Magaloni con su impactante montaje "Hay un lobo que se come el sol todos los inviernos" o Luis Eduardo Yee con su original puesta en escena "Manada"-.
Los otros jóvenes despliegan sus habilidades histriónicas, corporales y vocales, además de que hacen gala de su compromiso y trabajo en equipo.
El resto del equipo creativo lo integran: Sergio López Vigueras en diseño escénico; Laura Baneco en diseño gráfico; Katya Bizarro en producción ejecutiva; Fernanda González y Michelle Hallatt en producción general. Todos con trabajos estupendos para hacer que HIMMELWEG sea una puesta en escena de calidad.
La producción de HIMMELWEG es de: TEATRO EN UNA CÁSCARA DE NUEZ, LOS BOCANEGRA, GORDITOS INC. y BIEN CHICLES.
Trasládate sin peligro alguno a un campo de exterminio, sé testigo de la forma en que hacían que un verdadero infierno no despertara sospechas. Un texto en el que confluyen los horrores, el sufrimiento humano, la mentira y la verdad. Después de todo, no estamos tan lejos como quisiéramos de esas normas, porque se nos sigue ocultando todo aquello de lo que no debemos enterarnos. De hecho, el programa de mano incluye algunos textos de sucesos contemporáneos. Un relato muy interesante, una dirección atinada, una producción minuciosa en todos sus detalles, un equipo responsable y actuaciones impresionantes. ¡No te la pierdas!
HIMMELWEG
se presenta los lunes a las 20:00 horas en el
TEATRO LA CAPILLA
ubicado en la calle Madrid número 13
(casi esquina con Centenario)
Coyoacán, Ciudad de México
Duración aproximada: 70 minutos
El costo de la localidad es de $250
Descuentos en taquilla para estudiantes, maestros, INAPAM,
vecinos de Coyoacán, Iztapalapa y Benito Juárez
Adolescentes y adultos
La temporada concluye el lunes 16 de diciembre de 2019
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