LA MADRIGUERA
Por: Eugenia Galeano Inclán
Septiembre 2019
Es ley de vida que los padres se vayan antes que los hijos. Si se da el caso de que algún hijo fallezca antes que sus progenitores, estos quedan en total desolación. Todo duelo es difícil, pero éste es insoportable. Se dice que es lo más doloroso que puede ocurrir a un ser humano. El dramaturgo norteamericano David Lindsay-Abaire aborda esta temática en su obra RABBIT HOLE que en nuestro idioma se traduce como LA MADRIGUERA.
David Lindsay-Abaire nació en Boston, Massachussetts, Estados Unidos de América, es egresado de la Academia Juilliard, el Sarah Lawrence College, el Eugene O'Neill Theater Center, y la Milton Academy y se ha desempeñado como dramaturgo, guionista y letrista. Se dio a conocer poco antes de cumplir los 30 años, con "Fuddy Meers", su primera obra, misma que fue concebida durante un taller en la Convención Nacional de Dramaturgos llevada a cabo en el Centro Teatral Eugene O'Neill en 1998, y estrenada en el Manhattan Theatre Club de Off-Broadway, bajo la dirección del director escénico Lloyd Richards. El éxito fue tan contundente que se mantuvo en cartelera por más de tres años en diversos foros. Desde entonces, sus éxitos se han sucedido uno al otro y se ha convertido en uno de los más destacados dramaturgos estadounidenses contemporáneos. Ha recibido toda clase de nominaciones, reconocimientos y galardones durante su trayectoria, entre los cuales destaca el Premio Pullitzer del año 2007 precisamente por LA MADRIGUERA, misma que también ha estado nominada en diversas ocasiones para los Premios Tony de Broadway, la capítal del teatro estadounidense.
En cuanto a México, David Lindsay-Abaire dejó gratamente conmovidos a todos los espectadores que acudimos a ver "Buenas Personas" (Good People) en un excelente montaje dirigido por Diego del Río con un admirable elenco, el cual cubrió una exitosa temporada en Teatro Milán el año pasado.
Además de su fina pluma, una de las características de David Lindsay-Abaire es que delinea a sus personajes desde su sentir y tiene la facultad de sacar a la luz toda su carga emotiva y plasmarla en escena, cual si mostrase al espectador una radiografía del corazón. Desde luego, esto implica un reto para cualquier actor o actriz que encarne a alguno de los personajes creados por Lindsay-Abaire porque la construcción tiene que ser de adentro hacia afuera.
El texto de LA MADRIGUERA es de excelente factura y capta la atención absoluta de principio a fin. El relato gira en torno a un lamentable accidente donde fallece un pequeño y este triste suceso ha afectado a cada uno de los integrantes de la familia, así como a un desconocido. El autor ofrece una mirada prismática desde distintas perspectivas, ya que cada personaje siente y expresa el dolor en forma individual. Desde luego, la madre y el padre son los más afectados. La madre perdió a su ser más adorado y ni siquiera se explica cómo es que sigue viva. El padre siente profundo dolor, pero hace hasta lo imposible por actuar normal y le gustaría que su esposa hiciera lo mismo, así que le brinda apoyo. La abuela está doblemente triste, tanto por la pérdida del nieto como por la devastación de su hija. Para colmo, todo lo que dice la madre lo toma a mal la hija. La tía es una joven llena de vida, extraña a su querido sobrino y a la persona que antes era su hermana hace todo lo que puede para que ella vuelva a ser la de antes. Al igual que en la vida misma, en el texto hay un poco de todo: amor, tristeza, alegría, asombro, ironía, compasión, esperanza y mucho más.
La acción comienza en la cocina de la casa familiar, cuando Isa llega a visitar a su hermana Beca. En tanto que Isa es alegre, dicharachera y traviesa, Beca está ensimismada, hace sus labores en forma mecánica. Pareciera no poner atención a lo le cuenta Isa, hasta que, por fin, le hace caso y conversan. Más tarde, se verá una escena que muestra la relación actual de la pareja cuando Javi, esposo de Beca, llega del trabajo.
La labor de dirección por parte de José Sampedro ex impecable. Su trazo escénico es firme y acertado. Traslada fielmente el texto a la escena. Opta por el histrionismo de contención que es justo lo que se requiere. Impone realismo en cuanto a alimentos y otros accesorios. Mantiene a su elenco a la vista aun cuando no estén en el foco escénico, colocándolos estratégicamente en las esquinas de la sala. En general, priva un buen balance. La coreografía y los desplazamientos son apropiados. El ritmo es preciso. Así mismo, José Sampedro es quien llevó a cabo la traducción del texto.
El elenco está conformado por: Johanna Murillo como Beca, Nacho Tahhan como Javi, la primera actriz Margarita Sanz como Naty, Adriana Llabrés como Issa, y Dali Jr González como Diego. Johanna Murillo realiza uno de los mejores trabajos en su trayectoria; Nacho Tahhan está en el punto exacto que requiere su personaje; Margarita Sanz, excepcional, como siempre, y, en esta ocasión, deliciosa; Adriana Llabrés extraordinaria como de costumbre, y Dali Jr González atinado. En conjunto integran un equipo comprometido, se ve que cada quien trabajó arduamente en la construcción de su personaje y todos despliegan calidad en su labor histriónica, corporal y vocal. En voz en off participa Vadhir Robledo.
La escenografía por parte de Javier Gerardo Ángeles representa una residencia elegante y práctica construida en desniveles. Redimensiona los espacios a base de mobiliario multifuncional.
La iluminación la imparte Víctor Zapatero, en uno más de sus trabajos plenos de arte.
El vestuario es de Mauricio Ascencio, quien utiliza prendas de fino corte y confección, agregándole detalles que caracterizan la personalidad de cada uno de los participantes, en forma tal que Margarita Sanz luce elegante, Johanna Murillo, sobria, Nacho Tahhan, ejecutivo y Adriana Llabrés, jovial. La combinación de colores y estampados es otra de sus aportaciones.
Complementan el equipo creativo de LA MADRIGUERA: Jhovardy Vences es asistente de dirección; Gerardo Manning en diseño gráfico; Violeta Gaytán en prensa y relaciones públicas; Silvia Siu en fotografía; Max D'Luna es el production stage manager; Diego Gutiérrez, el stage manager; Daniela Valenzuela en stage; Ojos Ajenos / Octavio Núñez - Mora en redes; Airam Castillo es asistente de vestuario, y Felipe Rodríguez, Luis Antonio Zamora, Isaías Reinoso, Gabriel Salazar, Jorge Aguilar, Alberto Ramírez, Demian Zamora y Jesús Castillo en realización de escenografía.
Los productores de de LA MADRIGUERA son: Daniel Delgado, Carlos Martínez Vidaurri y PLAYHOUSE ENTERTAINMENT.
Alejandro Abaroa funge como productor asociado.
Pocas veces se tiene oportunidad de ver una obra que resultó ganadora del importante premio Pullitzer, así que no dudes en ver la versión que se hizo para su representación en la Ciudad de México. Es una historia muy interesante que mueve fibras sensibles, se confronta el dolor, pero existe la esperanza. Una vez que se logre la aceptación, el duelo podrá sobrellevarse. Es posible que por momentos sientas ganas de llorar, pero también te reirás. Disfruta de un montaje de calidad, una dirección precisa y unas actuaciones entrañables. Apresúrate porque sólo queda una función en su actual temporada.
LA MADRIGUERA
se presenta
martes 17 de septiembre de 2019 a las 20:30 horas en el
FORO LUCERNA
ubicado en la calle Lucerna número 64,
colonia Juárez, Ciudad de México
Duración aproximada: 150 minutos, con intermedio de 15 minutos
Costo de la localidad: $450
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